viernes, 17 de junio de 2011

SIEMPRE ESTAMOS A TIEMPO

Amig@s, Hoy me vino a la mente una anècdota curiosa , misma que bajo un manto de cortesìa y deseo de agradar esconde un servilismo o una inocencia que segùn mi punto de vista degrada a las personas en uno de los aspectos  màs valiosos. Nuestra propia autoestima
La anècdota en cuestiòn, se refiere a un mandatario que para dirigirse a la sede del gobierno debìa pasar por una joyerìa, que tenìa en su fachada un reloj-campanario. Cuando pasaba el mandatario, quizà para empezar bien el dìa, un relojero ajustaba las campanas para que al paso de su comitiva, sonaran las nueve o diez campanadas, para impresionar a quien las oìa con la puntual responsabilidad del gobierno, que marchaba como un reloj suizo.
En sì, puede ser tomada como una puerilidad, un detalle sin mayor importancia. Si la relacionamos con la responsabilidad financiera, estaràn de acuerdo que es el acabòse. Nuestras finanzas caminan, avanzan o retroceden segùn estè el humor de nuestro reloj.
El elemento esencial para unas finanzas sanas es la disciplina, que se traduce  en un trabajo ordenado, metòdico y con resultados, reflejados con la entrega del cheque quincenal. Esta serìa la ventaja del trabajo asalariado, en el que la voluntad del Jefe para cumplir con las metas de la compañìa, dirige el rumbo de los empleados de su àrea.
Para nosotros, que ya no somos asalariados, o que empleamos el apoyo del trabajo pagado para usar nuestros tiempos libres en hacernos independientes, la disciplina es un valor capital. Si la idea importante es tener libertad financiera no se logra sin disciplina. Por eso algunos cejan en el primer intento y se desaniman porque la disciplina libremente impuesta no es fàcil, pero tampoco difìcil. Cuando yo empecè a los 72 a buscar esa meta libertaria me costò mucho en un principio. Cuando descubrì sus ventajas, jamàs la he dejado.La recompensa llega, y es abundante. Si se animan, aquì estoy. Les compartirè mi experiencia en el mundo fascinante del MLM
Espero sus agradecidos comentarios.
Su amiga, Maria Estela

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