miércoles, 15 de junio de 2011

HABLAR DE TEMAS RESERVADOS A FILOSOFOS Y SABIOS

 Compartirè con ustedes, esperanzadas y alegres lector@s , algo que me da vueltas en la cabeza, que no sé responder satisfactoriamente, que  en el fondo me cuestiona, pero si digo la verdad, no me preocupa mucho, y me ha obligado a poner los puntos sobre las íes.
Hecha la aclaración, me he preguntado cómo  me atreví a hablar de temas que están en el centro de la existencia, hablamos de la libertad, el don más preciado del hombre y de nuestra realización como personas, el éxito mayor. Estos temas ocupan miles de volúmenes en las bibliotecas, y parecieran temas reservados a los filósofos y sabios con grandes conocimientos y autoridad para hablar.
He tratado de compartir mi pensamiento sobre aspectos muy limitados de estos conceptos. Pero, estoy convencida que la sabiduría está al alcance de todos, y analizando nuestras propias vidas podemos ser sabios, descubrir lo que supone ser libres lo que supone tener éxito.
Creo que todos hemos experimentado la alegría de la libertad al escoger algo que nos trajo enormes beneficios. Hemos sabido lo que es la libertad, y seguramente quisieramos que en todos los aspectos fueramos libres. Tambièn la vida se ha encargado de enseñarnos que no podemos ser siempre libres, que vivimos en sociedades muy diversas en las que todos usamos nuestra libertad, y si queremos vivir en paz, y hay conflictos, en una sociedad sana la mayoría trata de ejercer su libertad como un beneficio para todos.
Hemos hablado de un aspecto de la libertad estrechamente ligado al trabajo. En las sociedades modernas el derecho al trabajo es un derecho universal. Lo que no aclaran las diversas constituciones es que el trabajo debería estar hecho a la medida de nuestras aspiraciones. Ya veo el rostro de muchos arqueando las cejas y quizà pensando .....de dónde saldría esta ilusa ?
El trabajo debe ser duro, estresante, porque ganar dinero cuesta, porque el dinero no se da en los àrboles, y muchas otras cosas que han hecho que el viernes sea considerado por muchos como la liberaciòn de un yugo que aprisiona y mata.
No debería ser así, pero nuestra propia experiencia nos lo ha dicho, y es que el trabajo asalariado es una cadena que ata nuestra libertad.
Yo quiero decirles que el trabajo asalariado, que es noble, es una palanca extraordinaria para dejar de hacer ese trabajo que provoca la liberación de los viernes.
Esta palanca es la nueva distribución, un poco o bastante más justa de la riqueza a travès de las redes de mercadeo. Cuando todos tenemos el mismo objetivo: ganar, ganar. En este modelo somos libres, con limitaciones en donde empieza el derecho de otros, pero con posibilidad de trabajar a tu ritmo, de tener ganancias de acuerdo a tus necesidades o a tu sueño.
Y sobre todo, nos ayuda a no terminar la semana los viernes, como si fuera el término temporal de una pesadilla....
Espero tus comentarios.
Tu amiga, María Estela

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